La egiptóloga Teresa Bedman González confiesa que lloró «como una tonta» cuando conoció por los medios de comunicación el asalto al Museo egipcio de El Cairo en el marco de las revueltas populares que se saldaron con la salida del país del Nilo del presidente Hosni Mubarak. «Hay que recuperar las piezas que han salido del país, una situación que se denunció ante la Unesco y la Interpol. Luxor resistió a los actos vandálicos gracias al propio pueblo y al servicio de antigüedades, pero se produjeron asaltos en los almacenes del Servicio de Antigüedades en Abusir y en otros recintos donde se protegen objetos de un valor histórico incalculable», señaló la autora de «Reinas de Egipto: el secreto del poder» y de «Hatshepsut. De reina a faraón de Egipto».
Bedman ofreció ayer una conferencia en Avilés bajo el título «La mujer y el culto funerario en el antiguo Egipto» y participó en una visita guiada al camposanto avilesino. La ruta puso fin a los talleres sobre «El cementerio de La Carriona: una mirada de género» en los que participaron diferentes asociaciones de mujeres del municipio.
La egiptóloga subrayó que la evolución de la mujer en la Historia de Egipto es muy poco conocida («hay muy poco bibliografía al respecto») y aclaró que su importancia era capital en tiempos de los faraones. «Su principal rol era el de señora de la casa, la crianza y la custodia de los hijos, pero también había escribas, médicos, sacerdotisas. La mujer decidía si se casaba o no y con quien en caso de divorcio era quien establecía las condiciones y llegó a publicarse un decreto contra los abusivos condicionantes de la mujer en situaciones de separación», explicó Teresa Bedman.
Mujeres que marcaron la historia en el Antiguo Egipto «hubo muchas», pero la egiptóloga se atreve a destacar a Nefertari, Nefertiti, Cleopatra o Hatshepsut. La última es la protagonista del último libro de Bedman, «Hatshepsut. De reina a faraón de Egipto». La coautora (comparte firma con Francisco J. Martín Valentín, director del Instituto de Estudios del Antiguo Egipto) considera que «con Hatshepsut», la tercera mujer que se convirtió en reina de Egipto pero la primera en utilizar el término faraón, «se produjo la primera revolución política de la historia». «Dicen que detrás de un hombre siempre hay una gran mujer pero en este caso detrás de ella había un gran hombre, Sen-en- Mut», arquitecto real y amante de la faraona. «Entre ellos hubo una historia de amor digna de primera página del "Hola "», añadió la experta.
En cuanto al culto funerario en el Antiguo Egipto, Bedman señaló que «la mujer asume su rol de diosa Isis». «Son ellas las que entierran al varón y existían las plañideras, que constituían un cuerpo sacerdotal específico», apuntó la egiptóloga. Todavía hoy perviven en la zona rural de Luxor, donde trabaja y reside Bedman, muchas costumbres del Antiguo Egipto. «Allí tienen un equivalente a nuestro Día de los Difuntos en la que los egipcios pintan las necrópolis de blanco, llevan flores y celebran una comida funeraria ritual. También tiene una fiesta que coincide con el lunes de Pascua del calendario cristiano en el que comen pescado salado en la pradera cerca del río», añadió la egiptóloga, que no olvidó la cerveza («heneket» en egipcio) como una de las aportaciones de los egipcios que pervive en la sociedad actual.
Teresa Bedman es miembro Fundador del Instituto de Estudios del Antiguo Egipto donde ha llevado a cabo, como codirectora de la misión, el Proyecto Sen-en-Mut entre los años 2000 y 2009 y el Proyecto Visir Amen-Hotep desde hace dos años.