En el Antiguo Egipto el color del luto era el blanco grisáceo y el papel de las mujer era uno de los más importantes en el culto funerario. Así lo explicó la egiptóloga Teresa Bedman durante su conferencia 'La mujer y el culto funerario', que organizaba la Concejalía de Mujer y que se celebró ayer por la tarde en el palacio de Valdecarzana. Previamente, Bedman participó en una visita al cementerio de La Carriona, uno de los ejemplos de arquitectura funeraria más importante del norte de España.
De la cultura egipcia llegan las figuras de las plañideras, que entonces eran «un cuerpo sacerdotal que lloraba los muertos y además era una tradición que se pasaba de madres a hijas». En Luxor -donde reside actualmente, ya que es la codirectora del 'Proyecto Visir Amen-Hotep'- todavía permanecen muchas tradiciones. «En los funerales se ven a veces más de 400 mujeres vestidas de negro, llorando a los familiares», explicó Bedman.
En el mes de noviembre se honraba a los difuntos «encalando los cementerios el día antes y después llevando flores y compartiendo una comida» en el camposanto, una tradición que aún se mantiene. Al igual que la de repartir huevos pintados al día siguiente del Domingo de Resurrección, que se acompañan de pescado salado y es una fiesta dedicada a los niños.
Bedman es una referencia a la hora de comprender el papel de la mujer en el mundo egipcio. «Tenía diferentes roles: como señora de la casa, pero también había mujeres médico, escribas y sacerdotes», indicó. La mujer «decidía con quién se casaba y qué aportaba al matrimonio», apuntó Bedman. Y eran ellas las que garantizaban el acceso al trono, los príncipes debían casarse con hermanas o familiares directas si querían reinar.
En Egipcio ya existía el divorcio y «era ella la que decidía el patrimonio con el que se quedaba después». Llegó a ser tan poderosa que antes de la caída de Egipto «se llegó a firmar un decreto en contra de estos condicionantes».
Los egipcios vivían para el momento de su muerte. En ese sentido, Bedman recordó que «ellos creían que había una especie de paraíso y abocaban a él su existencia», puesto que se imaginaban el más allá también regado por un gran Nilo y un sinfín de cosechas.
Bedman recalcó la importancia de la mujer en el Antiguo Egipto, un papel mucho más preponderante que el que tenía en el resto de culturas contemporáneas». A pesar de ello, los libros no reflejan toda su importancia, algo que sí ha podido hacer Bedman en sus obras editadas en los últimos años, que mencionan a Hatshepsut, Nefertari, Nefertiti y Cleopatra, entre las más importantes.